domingo, 21 de enero de 2007

Kim Wilde - "Kim Wilde" (1981)

En 1973, la que sería sin duda la cara bonita del punk americano de los setenta, Debby Harry, formaba junto a otras dos rubias naturales, Julie y Jackie, su marido Chris Stein y otras peladillas contemporáneas, Blondie. Obviamente solo una de estas tres adolescentes pasaría a liderar la mítica banda.

Aunque tener a una chica a la cabeza de un combo punk no era ninguna novedad, si puede decirse que Blondie creo cierta escuela, y desde entonces otras rubias han hecho lo propio copiando descaradamente el estilo, no tanto en la composición, como en el look en el escenario.

La blonde cutie de la nueva ola británica de los ochenta sería una joven cantante llamada Kim Wilde, quien con tan solo veintiún añitos y una melena notablemente más cardada que la de sus predecesoras, presenta en 1981 su primer y mejor long play.

Adentrarse en los ochenta es tarea complicada para los que hemos crecido con el “one-two-three-tour”, pero sobretodo en los primeros años de esta década te sueles encontrar con discos sorprendentes que, aunque desafortunadamente son un tanto heterogéneos, tienen algunas joyas a mitad camino entre la vitalidad del punk y los nuevos sonidos electrónicos.

Este disco no es una excepción, y su primer y archiversioneado éxito “Kids in America” y una excepcional “Chequered Love” que abre la cara B, valen por si solas el disco.

Actualmente, la que ha sido para algunos la Brigitte Bardot del rock, Kim Wilde, sigue una carrera en solitario de auténtica popstar, y ha dejado el legado a las nuevas generaciones. Sin duda la palma se la lleva Maja Ivarsson al frente de los suecos The Sounds, quienes a golpe de caja discotequera y descaradamente ebrios del estilo Blondie, han sabido hacerse con su sitio gracias a uno de los mejores y más refrescantes discos del año pasado.

miércoles, 17 de enero de 2007

Paris Hilton-PARIS (2006)



Si algo se les da bien a los Hilton es ganar dinero, y con él rodearse de lo mejorcito. Osea, que si la niña Paris quiere ser una princesa del pop, se le busca el mejor compositor, el mejor productor, el mejor asesor de imagen y el mejor estudio.Y si hace falta hasta se le enseña a cantar. El resultado: Un disco de éxito. ¿Alguien lo dudaba? El dinero habla, y ¡Ahora también canta! Y es que a Paris no le basta con dar la nota en la pasarela rosa y en los reality shows, ahora quiere superar a su amiguita Britney Spears y ser la mas sexy de la canción ligera.
Pero a pesar de lo evidente del montaje... ¡Sorpresa! ¡El disco no está tan mal!
Melodias muy pegadizas, con muchísimos coros y efectos (que disimulan la vocecita de Miss Hilton) son el plato fuerte de este CD , y mientras lo escucho sentada frente al ordenador no puedo dejar de mover el culo al ritmo reagge de “Stars are blind” o con el Da-da-da de “Nothing in this world”. No hay que esperar grandes acordes ni solos de guitarra alucinantes, estoy segura de que no encontrareis nada de eso.Yo desde luego no lo necesito para difrutar de una buena canción.
Se dice que Paris ha coescrito varias de las letras, con lo cual si teneis tiempo de leerlas os divertireis escuchando los devenires de una pija loca en “Jelousy”, “Screwed” o en “Turn it up”
Luego está el hecho indiscutible de que la tía está buenisima, y siempre ha demostrado que le importa un carajo lo que digan de ella. Hay que reconocer que tiene mérito.
Yo no recomendaría ir a un concierto suyo, pero no esta mal para escuchar en el coche. Hay que romper etiquetas y dejar los prejuicios a un lado. Lo comercial también puede ser bueno.

miércoles, 10 de enero de 2007

Par de pelotas

Así, con un par de pelotas, me enfrento a la crítica de uno de los discos claves para entender la sicodelia americana. No resulta fácil comentar, o al menos atreverse a comentar, cualquiera de los discos considerados como clásicos, pero es que el otro día, rescatando discos de mi discoteca, me llevé en el coche el LP que comento abajo, y casi consigo estrellarme debido a las lagrimillas que empañaban mis ojos, por lo que no pude evitar dedicarle unas palabritas, aún siendo consciente de que nunca le harían justicia. Bien, sin más dilación, os presento:

Jefferson Airplane - "Volunteers" (1969)


Jefferson Airplane, fue uno de los grupos precursores de la sicodelia americana y del llamado sonido de la costa oeste. Desde San Francisco, la ciudad que vio nacer y morir el movimiento hippie, hogar de tantos otros grupos míticos como Grateful Dead (con quienes compartieron hasta la casa), Quicksilver Messenger Service, Country Joe And The Fish, Big Brother and The Holding Company con Janis Joplin o Moby Grape, por nombrar sólo unos poquísimos, destino final de los escritores de la generación beat (al menos destino romántico), referencia mundial de la naciente cultura underground del momento, los Airplane ya habían alcanzado los tops de las listas de ventas con algunos singles como “White Rabbit” o “Somebody to Love”, y con su segundo álbum “Surrealistic Pillow” de 1967, con letras llenas de carga política y social. Pero es de su quinto disco de estudio, “Volunteers”, menos conocido (y menos reconocido) que el “Surrealistic Pillow”, del álbum que voy a hablar.

Situémonos: estamos a finales de 1969. Se acerca el fin de la breve era hippie, que, como animal mortalmente herido, exhala su último suspiro con más furia que nunca. La generación hippie comienza a sucumbir ante la entrada en escena de las drogas duras tras la ilegalización del LSD, con sus primeros muertos, a los embarazos no deseados fruto del reciente espíritu de libertad, al desencanto generalizado, y, queridos amigos, a la edad, a la que ya cantara Grace Slick en “Lather” (Jefferson Airplane, “Crown of Creation”).

En este marco, “Volunteers” se consolida como uno de los últimos coletazos serios del hippismo, estertor definitivo de la generación de las flores, y grito final de rebeldía en contra de lo (mal) establecido. Jefferson Airplane crean el que probablemente sea el disco más violentamente político de su carrera, arropados por la colaboración de Jerry Garcia (Greatful Dead), David Crosby (Byrds), Stephen Stills (Buffalo Springfield) y Nicky Hopkins (famoso pianista de estudio, quien tocó con casi todos los grandes, especialmente con los Stones). Es fácil darse cuenta de que este va a ser un álbum especial. Nos encontramos ante un disco distinto a los anteriores, con muchos más arreglos y con una mayor cohesión entre canciones, pero sin olvidar nunca esas guitarras tan ácidas que siempre les caracterizaron. Os invito a que dediquéis un buen rato a escuchar las letras. Desde el sonido más tradicional americano en “The Farm” o en “A Song For All Seasons”, pasando por la épica y antibélica “Wooden Ships” (que toman prestada de Crosby, Stills and Nash) en la que tras una guerra total, preguntan “Quién ganó?”, la ironía de “Good Shepperd”, o la inocencia perdida en “Eskimo Blue Day”, este disco resulta excepcional. Pero es con “Volunteers”, en la que llaman a la revolución (siempre pacífica) y, especialmente con “We can be together”, en donde se declaran “forajidos a los ojos de América” y en donde apelan a la unión colectiva para derribar los muros de la hipocresía por medio de su grito generacional Up against the wall, motherfucker!! , cuando te cercioras de que el animal herido es ahora más peligroso que nunca.

domingo, 7 de enero de 2007

The Beatles - Love (2006)

El día de nochebuena, como casi siempre a última hora, me acerqué a comprar algunos discos para regalar a los míos. Ojeando las estanterías de una de estas tiendas que todos conocemos vi este “superventas”. Pensé que le gustaría a mi padre. Él siempre ha sido mas de los Beatles que de los Stones, así que lo compré.

Creía que simplemente se trataba de eso, la típica recopilación que sale en Navidad para hacer caja. Pero recordé, de repente, que un amigo me comentó que el disco esta bastante bien, que tiene cosas curiosas. Así que cuando llegué a casa me lo puse a ver de que iba el tema. Pues bien, el tema es que Sir George Martin y su hijo Giles han desmenuzado las canciones de los Beatles para un espectáculo del circo del sol. Es como si los 2ManyDjs se hubieran puesto con las canciones para hacer esas mezclas que, algunas veces, son geniales. Aunque claro el señor Martin no está tan ducho en el tema de mezclar (al estilo DJ me refiero, claro) y no le queda tan espectacular. La mayoría parecen las mismas, pero cuando uno se fija entremezclan pistas de diferentes canciones, sacan a relucir voces preciosas, arreglos que pasaban desapercibidos. El primer tema acojona por lo mágico de las armonías vocales en un espléndido Because, luego el disco tiene sus subidas y bajadas, temas clásicos casi sin tocar o joyas como el Strawberry Fields sin el sintetizador, o escuchar What You are Doing con la base de Drive My Car. Yo me quedo con las cuerdas del comienzo de Eleanor Rigby y un precioso y cambiado While My Guitar Gently Weeps. Esta es realmente preciosa en la versión del disco.

En uno de los DVD del Anthology se le pregunta a George Harrison que porque no tenía mas espacio para meter temas suyos en los discos. El tío se queda así mirando a la cámara y responde algo así como “teniendo a Lennon y Mcartney al lado la cosa se complica”. Pues eso, con canciones como estas no se falla.

jueves, 4 de enero de 2007

Ray Lamontagne - Trouble (2004)

...jooooder, Otis Redding!! Pensé al escuchar el primer lamento de su disco debut (trouble - 2004) "Otis redding!!" Dijo mi madre al pasar junto a la habitación donde estaba escuchandolo.
Y es que, Ray Lamontagne dispone de un don. Un don para llenarte de melancolía, de amor, de desamor, de nostalgia, de alegría, de tristeza... de todo lo que el alma evoca. En pocas palabras, de puro soul.
Se mueve del southern soul al folk, pasando a veces, como ocurre en algun tema de su último disco (till the sun turns black - 2006) , por las melodías intimistas de Nick Drake, o recordando al Ryan Adams más nostálgico en numerosas ocasiones.
Todo ésto se puede encontrar en tan sólo dos discos.
El primero de ellos, "trouble", te engancha desde en el primer suspiro y durante los cuatro minutos de su primer tema, el que da nombre al disco, te obliga a contener la respiración.
Intimo, sincero, desgarrador a veces, cálido, muy cálido. Sin duda de los mejores discos del 2004, y de mis favoritos en mucho tiempo.